La socialdemocracia y la instrumentalización de movimientos sociales para perpetuar su poder

Niko. 13 Julio de 2023

Si le seguimos el juego a la socialdemocracia de que las únicas opresiones son el machismo o el colectivo LGTBI+ de formas separadas, haremos que sigan perpetuando el poder del capital mediante un supuesto programa de izquierdas que utiliza la clara hegemonía moral irrebatible e incorruptible que supone defender dichos derechos. Sin embargo, si escalamos el debate a una cuestión de opresión de clase, enseguida veremos incongruencia en sus políticas, que sin atisbo de duda serán más que favorables a la clase dominante, lo que causaría una clara penalización en los votos al programa socialdemócrata y la radicalización de la sociedad hacia posiciones con perspectiva de clase, proletarias y comunistas.

De este fenómeno propagandístico se pueden entender los comentarios de personas haciendo alusión al voto útil de la socialdemocracia para evitar que gobiernen de pleno los fascistas, ya instalados en las instituciones y con el poder dominante del capital. El comentario más relevante y común es el siguiente: “es que no vota porque será hombre cis hetero y no tiene derechos que perder”. La clase dominante siempre ha reprimido a las capas de resistencia al capitalismo, entre ellas -evidentemente incluyendo a las 2 mencionadas- se encuentran muchos colectivos/organizaciones o personas de distintas ideologías, como comunistas, anarquistas, personas de distintas etnias y color dentro de un contexto de exclusión social... Decir que los fascistas solo pisarían los derechos básicos y elementales de mujeres o LGTBI+ es una tergiversación de la realidad que solo ayuda al relato existencial de la socialdemocracia para proteger y asegurar su programa moral, carente de intenciones de acabar con las opresiones de clase. Es evidente que los fascistas pisarían los derechos de las mujeres y el colectivo LGTBI+, de hecho, ¿De qué colectivo/grupo/formación política no pisarían sus derechos, que no sea de alguno favorable a la clase dominante?

Esta separación, aislamiento y omisión de luchas es intencionada, es un arma de la socialdemocracia para perpetuar su poder, apoyado por las élites económicas y su constante propaganda en los medios. Es impensable que los problemas sean el feminismo o el colectivo LGTBI+, estos movimientos solo están siendo utilizados para el programa moral irrebatible (¿Quién realmente de izquierdas discutiría las cuestiones fundamentales de las opresiones de género?) que pueda garantizar los votos y por tanto el éxito del programa político socialdemócrata, del que jamás debemos olvidar que no es más que el ala izquierda del capital.

De este uso interesado salen los rechazos viscerales a estos movimientos por parte de amplias capas de personas despolitizadas, no porque estas personas estén en contra de los derechos de las mujeres o el colectivo LGTBI+, si no porque aunque no lo puedan explicar, sus cerebros les avisan -con pocas pistas- de que se están utilizando estos movimientos para conseguir/mantener votos a partidos que ya han perdido total confianza por parte de estas capas sociales. Por supuesto, esto es solo una parte de estos rechazos, no debemos jamás olvidar la otra capa social en las que calan tales dinámicas de rechazo, que tienen la utilidad perfecta para justificar consignas y políticas reaccionarias.